Si quieres saber porqué los pueblos colindantes nos llaman "PUCHERICHOS"
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Al norte de la provincia de Albacete, a una altitud de 709 metros por
encima del nivel del mar, con una población cercana a los 6.500
habitantes, y a 36 kilómetros de su capital, cercana al límite
de Cuenca, se encuentra Tarazona de la Mancha
(CALLEJERO).
Con un término municipal de algo más de 21.000 hectáreas,
se encuentra rodeado por los términos de La Roda, Fuensanta,
Villalgordo del Júcar, Quintanar del Rey, Villagarcía
del Llano, Madrigueras, Motilleja, La Gineta y Montalvos.
En éstas tierras habitó el hombre desde el Paleolítico.
Más cercano en el tiempo existen testimonios de otras culturas
como la Romana y Prerromana (interesantes mosaicos
de la época bajo-imperial están expuestos en el Museo
Arqueológico de Albacete). De éstas épocas
data un pequeño puente con arco de
sillería situado en las afueras de la localidad.
En la Baja Edad Media, cuando Tarazona de la Mancha apenas era una aldea,
estas tierras son reconquistas por el CONCEJO
DE ALARCÓN (CUENCA) que se las
cederá al Infante Don Manuel, dentro del recién creado
Estado de Villena. Dos siglos más tarde pasarán a manos
de los Reyes Católicos tras perder Diego López Pacheco,
Marqués de Villena, gran parte de su territorio en las luchas
que mantuvo con los monarcas. Tarazona quedaría así vinculada
a Villanueva de la Jara, de la que se independizaría
un 11 de octubre de 1564, fecha en la que Felipe II le concedió
el privilegio de Villazgo. En 1833 se convierte en municipio de la provincia
de Albacete.
Tarazona de la Mancha posee un rico Patrimonio
Histórico-Artístico. Sumamente atractiva, armoniosa y
famosa en su PLAZA
MAYOR , declarada Conjunto Histórico-Artístico
Nacional, de un carácter muy popular, símbolo del rústico
manchego (dicen que se encuentra entre las diez plazas más bonitas
de España). Este singular conjunto arquitectónico, data
del Siglo XVII y se enmarca dentro del estilo colonial. Es una plaza
rectangular, con hermosos balconajes de
madera y amplios aleros. Se accede a ella
por cuatro Arcos de estilo Románico: el de Castañicas,
Juan y Medio, Chicharras
y el del Ayuntamiento. En un principio la
plaza estaba totalmente cerrada con un quinto arco, llamado de Pedro
Puma, que con posterioridad fue eliminado. En uno de sus más
bellos rincones, el único en que confluyen dos arcos, se halla
un Escudo del Papa Inocencio XI. Por uno
de estos arcos era tradición que entrasen los toros a la plaza,
cuando antiguamente se utilizaba de coso taurino para la lidia de astados
en días de celebraciones. La Plaza
es el corazón y el orgullo de los tarazoneros, cumple con un
fin social y festivo, y exporta una de las imágenes más
auténticas de La Mancha. El Ayuntamiento
es la única pieza de esta Plaza construida con soportales de
arcos de piedra. Guarda unas excelentes proporciones y se une mediante
otro de los arcos al edificio más emblemático y sobresaliente
de la localidad, la Iglesia Parroquial de San Bartolomé,
obra de gran interés artístico. Su periodo constructivo
abarca desde el Siglo XVI al XVIII. Es un templo
de estilo Renacentista, que responde al prototipo de las denominadas
Iglesias de Salón de tipo columnario,
con tres naves en cinco tramos, abundancia
de arcos y bóvedas de arista. Sobresale
en el conjunto la Cúpula de Linterna Oval
con ocho vanos, que iluminan el edificio. Posee un variado repertorio
de Capillas construidas en diferentes épocas.
De mayor interés son las edificadas posteriormente en época
Barroca, a raíz del impulso constructivo que surgió en
el Siglo XVIII. Resaltar la de San Antonio,
de notables dimensiones, con una gran cúpula sobre pechinas,
muy bien organizada, y ricamente decorada. De especial valor artístico
es la del Santo Cristo, con arco de medio
punto por el que se accede a los dos espacios en los que se distribuye.
En su exterior, concluida en 1694, sobresale la elevada Torre,
rematada en chapitel de pizarra, bien proporcionada, con sillería
en las esquinas y en los arcos de su campanario. De sus pies arranca
cilíndrica la escalera de caracol.
Posee dos Portadas, la que da al Norte,
y la del Mediodía, de una mejor factura.
Se inspira en los Arcos de Triunfo Clásicos, con pares
de columnas Toscanas a ambos lados.
De un carácter más popular cabe señalar la ERMITA
DE SAN ANTÓN, en la parte más alta de la villa.
Obra Barroca con torre a los pies y pórtico
lateral sostenido por columnas. (fotografía
en color)
Alrededor de su plaza, Tarazona de la Mancha aún conserva en
sus piedras y muros, señas de su pasado histórico. A través
de un típico trazado urbano de calles estrechas, podemos encontrar
algunas Casas Señoriales, en su mayoría
de los Siglos XVII y XVIII, adornadas con labras heráldicas,
sobrias rejerías y diferentes portadas. Junto a éstas
conviven rústicos y grandes Caserones,
perfectamente acondicionados para la vida en el campo, conjugando la
piedra y la madera, con ajardinados patios, recios portalones y suelos
de fino canto rodado. Estos Caseríos,
integrados dentro de un diseño más actual, dan una medida
del carácter agrícola que siempre ha movido la economía
de Tarazona de la Mancha, con amplias extensiones donde se cultiva el
maíz, las legumbres, el cereal, el olivo, la almendra y sobre
todo la vid.
Tarazona de la Mancha elabora unos notables vinos
de una reconocida calidad, fruto de las grandes extensiones de
viñedos que hay en su término. Son el producto de la Cooperativa
del Campo “La Unión”, una de las más
importantes y voluminosas de la provincia de Albacete. Sus caldos han
obtenido numerosos galardones nacionales e internacionales, y están
presentes en el Mercado, en los más importantes expositores.
Son una avanzada muestra de los vinos de estas tierras, cada vez más
apreciados y valorados.
LA
PLAZA DE TOROS DE TARAZONA DE LA MANCHA (1857-2007,
150º Aniversario, fotografías)
Hacia la mitad del Siglo XIX, una sociedad de beneficencia denominada
“La Caridad”, recogiendo el sentir de varios aficionados
a la fiesta brava, decide patrocinar la idea de construir una Plaza
de Toros que eleve a Tarazona de La Mancha al rango que requería
su entusiasmo por éste espectáculo. El proyecto cobra
de inmediato adictos y son numerosos los colaboradores que se presentan
para participar voluntariamente en tan magnífica obra. Para su
emplazamiento se pensó en un altozano próximo a la población.
Quienes plantean el programa fijan el comienzo de las obras y prevén
la festividad de San Bartolomé, patrón de pueblo, como
final de las mismas. Pero no resulta todo tan fácil; los medios
materiales de la época y la fatiga que supone el trabajo de extraer
las espuertas de tierra una a una, hasta rebajar el anillo del ruedo
a nivel del piso exterior, causa retrasos en el acabado por más
tiempo del que se había previsto, por lo que resultó imposible
terminar las obras en la fecha planteada inicialmente.
El día 2 de agosto de 1857 se celebra ya, solemnemente, la inauguración
oficial de la Plaza de Toros de Tarazona de La Mancha. En esta memorable
corrida de toros intervino como matador de toros Antonio Sánchez
“El Tato”, acreditada figura taurina de aquéllos
tiempos, que logró investir al festejo la gloria y emoción
que requería una jornada como la que se celebraba.
En el año 1957, un siglo después de su inauguración
oficial, fue maravillosamente reformada y convertida en una obra magnífica
y perfecta en su género.
Hoy toda ella es de mampostería,
con una capacidad para 5000 localidades cómodas y amplias. Se
la dotó de una moderna enfermería.
El terminado de los palcos, patio
de caballos, cuadras, corrales,
chiqueros, etcétera, fue ampliamente
logrado. Las barreras y burladeros
fueron reconstruidos con nuevos postes metálicos, trabajados
y enlazados entre sí con maderas nobles de la mejor calidad,
que aportan una solidez y una belleza difíciles de superar.
Como anécdota cabe señalar que la Plaza de Toros de Tarazona
de La Mancha es el resultado del trabajo de todo el pueblo, que colaboró
en su construcción.
El Castillo Medieval...
Recientemente, un joven de Tarazona, conocido en la localidad como "Frambo",
realiza de forma individual y totalmente artesanal, un ambicioso proyecto:
la construcción de un Castillo Medieval. Las obras se encuentran
bastante avanzadas. El Castillo se encuentra en la Aldea "Casa
Perre" de la familia Bonilla (carretera Nacional 322, a tan sólo
8 kms de Tarazona).
FIESTAS LOCALES
San Antón.
La temporada festiva en Tarazona de la Mancha comienza bien pronto,
el 17 de enero, con San Antón, patrón protector de los
animales. Se oficia una misa en su honor y se saca en procesión
desde la Iglesia de San Bartolomé hasta su Ermita. Los vecinos
que tienen animales domésticos los engalanan y llevan a la Ermita,
alrededor de la cual le dan vueltas impares, en sentido contrario a
las agujas del reloj, como manda la tradición.
San Blás.
El 3 de febrero se festeja San Blas, Santo al que se le hacen ofrendas
para que cure los males de garganta. La imagen es sacada a hombros desde
la Iglesia de San Bartolomé, y paseada en procesión a
través de su calle principal, hasta la Ermita de San Blas, en
la parte más alta de la villa. Es tradición en Tarazona,
la ofrenda de gargantas de cera, así como brazos, corazones u
otras partes del cuerpo para rogar por el bienestar y la curación
de aquello que se ofrece.
Los Carnavales de Tarazona de la Mancha.
De resonancia nacional, y declarados de interés turístico
regional, son los más antiguos de la provincia de Albacete y
han llegado a celebrarse incluso cuando estaban prohibidos en época
franquista. Es un Carnaval de una gran espontaneidad, donde el colectivo
participa con los más imaginativos, mordaces y atrevidos disfraces.
Revelan una gran componente social. Pequeños y mayores se suman
a la fiesta multicolor en una Cabalgata donde se escenifica el burlesco
y la chanza carnavalesca.
Fiestas Patronales de Agosto.
El 24 de agosto se celebran las Fiestas Mayores
en honor al Patrón, San Bartolomé. Es su Feria Tradicional
que dura seis días en la que tienen lugar un gran número
de actividades. Destaca su Cabalgata de apertura de Feria, con charangas,
bandas de música, carrozas y mucho color. Trasciende todo el
ambiente que rodea a los festejos taurinos por la gran afición
que aquí existe.